vampiros
Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos (usualmente bajo la forma de la sangre) para mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes, el vampiro es una deidad demoniaca
En la cultura europea y occidental, así como en la cultura global
contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, el de un ser humano convertido después de morir en un cadaver activo o reviniente depredador chupasangre.
Los vampiros son seres poderosos, pero no humanos.
Alguna vez lo fueron, pero ahora están muertos, o mejor
dicho, no-muertos. Para convertir a un ser humano en vampiro, es
necesario que otro vampiro le chupe toda la sangre, hasta la
ultima gota, y que le dé una pequeña porción
de su propia sangre inmediatamente después. Si pasa mucho
tiempo entre
que el humano murió y recibe la sangre del vampiro, el
primero permanecerá muerto y la sangre no surtirá
efecto. A este acto de convertir a alguien en vampiro se lo llama
el Abrazo (Embrace, en ingles), al vampiro original, el
Señor (Sire) y al nuevo vampiro, el que acaba de morir, se
lo llama Vasallo o Chiquillo (Childe).
La Madre de los Vampiros.
Veamos ahora porqué se considera a Lilith como "Madre de los Vampiros".
Según el mito, cuando Lilith
se niega a mantenerse debajo de Adán durante el acto sexual, huye hacia
la noche transformándose en aire frío (algunos dicen que luego los
ángeles lograron atraparla en el Mar Rojo); y es aquí dónde el mito se quiebra, Lilith pasa de la protesta y la tímida huida a las acciones. La tradición hebraica de oriente afirma que en éste punto Lilith
comienza a vengarse a través del infanticidio. ¿Os parece exagerado una
venganza semejante? Es posible que así sea, pero sigamos investigando y
veremos el porqué de esta elección tan radical y violenta.
Lilith mata y se alimenta de bebés por una razón muy sencilla: en la época en la que se desarrolló la leyenda se pensaba que el embarazo se producía sólo mientras la mujer tomaba una posición pasiva durante el coito; por lo tanto lo que Lilith
no deseaba (cuando huyó de Adán) era el embarazo; negaba su condición
de madre sabiendo que así resignaría su rol de mujer; es entonces
natural que se haya asociado su venganza a aquello que más odiaba.
Aquí la trama se hace más compleja; y no seguiremos las tradiciones del Zohar, como seguramente aconsejaría la prudencia, sino que revelaremos el misterio de su odio a través de la intuición: Lilith encauza su venganza golpeando en dónde más le duele a una madre, a sus hijos.
Y la venganza creció; según algunos textos del talmud babilónico, Lilith logra escapar a la maldición que Dios envía a los hombres tras la caída de Adán y Eva. La pareja pierde la inmortalidad pero Lilith
evita la pena por no estar presente, y conserva así su penosa
inmortalidad. ¿Cómo pudo ser posible esto? Muy simple, ella no está
presente porque "es la noche", la oscuridad; es lo que se mueve en la
penumbra; ¿qué es acaso el sol sino un tenue brillo en la inmensa
oscuridad del universo? El pecado original ocurre durante el día; tal
como se desprende del análisis del Génesis; por lo tanto es
perfectamente claro que ésta es la razón por la cuál Lilith conservó su eternidad.
Así pasó Lilith a la historia del mito y la leyenda;
cómo la antagonista de Eva (prototipo de la esposa-madre), enemiga del
hogar y la sumisión. Será la noche con todos sus misterios y secretos;
será eterna, inmortal, beberá sangre de los cuellos aún palpitantes y
seguirá siempre sedienta, se alimentará de nuestras pesadillas; y con el
tiempo, y a pesar de la aparente paradoja, la tradición popular le dará
el noble epíteto de Madre de los Vampiro
vampiros: , la creencia en vampiros parece ser la más descabellada de todas las supersticiones. Los fantasmas, e incluso los hombres-lobo, parecen relativamente racionales comparados con la idea de unos cadáveres que abandonan sus ataúdes por la noche para chupar la sangre de los vivos; sin embargo, las leyendas en torno al vampirismo han persistido desde tiempos inmemoriales, y todavía hay quien la sustenta hoy.
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