jueves, 8 de marzo de 2012

vampiros
  Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos (usualmente bajo la forma de la sangre) para mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes, el vampiro es una deidad demoniaca 
En la cultura europea y occidental, así como en la cultura global contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, el de un ser humano convertido después de morir en un cadaver activo o reviniente depredador chupasangre.



 Los vampiros son seres poderosos, pero no humanos. Alguna vez lo fueron, pero ahora están muertos, o mejor dicho, no-muertos. Para convertir a un ser humano en vampiro, es necesario que otro vampiro le chupe toda la sangre, hasta la ultima gota, y que le dé una pequeña porción de su propia sangre inmediatamente después. Si pasa mucho tiempo entre que el humano murió y recibe la sangre del vampiro, el primero permanecerá muerto y la sangre no surtirá efecto. A este acto de convertir a alguien en vampiro se lo llama el Abrazo (Embrace, en ingles), al vampiro original, el Señor (Sire) y al nuevo vampiro, el que acaba de morir, se lo llama Vasallo o Chiquillo (Childe). 


















La Madre de los Vampiros.
Veamos ahora porqué se considera a Lilith como "Madre de los Vampiros".
Según el mito, cuando Lilith se niega a mantenerse debajo de Adán durante el acto sexual, huye hacia la noche transformándose en aire frío (algunos dicen que luego los ángeles lograron atraparla en el Mar Rojo); y es aquí dónde el mito se quiebra, Lilith pasa de la protesta y la tímida huida a las acciones. La tradición hebraica de oriente afirma que en éste punto Lilith comienza a vengarse a través del infanticidio. ¿Os parece exagerado una venganza semejante? Es posible que así sea, pero sigamos investigando y veremos el porqué de esta elección tan radical y violenta.
Lilith mata y se alimenta de bebés por una razón muy sencilla: en la época en la que se desarrolló la leyenda se pensaba que el embarazo se producía sólo mientras la mujer tomaba una posición pasiva durante el coito; por lo tanto lo que Lilith no deseaba (cuando huyó de Adán) era el embarazo; negaba su condición de madre sabiendo que así resignaría su rol de mujer; es entonces natural que se haya asociado su venganza a aquello que más odiaba.
Aquí la trama se hace más compleja; y no seguiremos las tradiciones del Zohar, como seguramente aconsejaría la prudencia, sino que revelaremos el misterio de su odio a través de la intuición: Lilith encauza su venganza golpeando en dónde más le duele a una madre, a sus hijos.
Y la venganza creció; según algunos textos del talmud babilónico, Lilith logra escapar a la maldición que Dios envía a los hombres tras la caída de Adán y Eva. La pareja pierde la inmortalidad pero Lilith evita la pena por no estar presente, y conserva así su penosa inmortalidad. ¿Cómo pudo ser posible esto? Muy simple, ella no está presente porque "es la noche", la oscuridad; es lo que se mueve en la penumbra; ¿qué es acaso el sol sino un tenue brillo en la inmensa oscuridad del universo? El pecado original ocurre durante el día; tal como se desprende del análisis del Génesis; por lo tanto es perfectamente claro que ésta es la razón por la cuál Lilith conservó su eternidad.
Así pasó Lilith a la historia del mito y la leyenda; cómo la antagonista de Eva (prototipo de la esposa-madre), enemiga del hogar y la sumisión. Será la noche con todos sus misterios y secretos; será eterna, inmortal, beberá sangre de los cuellos aún palpitantes y seguirá siempre sedienta, se alimentará de nuestras pesadillas; y con el tiempo, y a pesar de la aparente paradoja, la tradición popular le dará el noble epíteto de Madre de los Vampiro




vampiros: , la creencia en vampiros parece ser la más descabellada de todas las supersticiones. Los fantasmas, e incluso los hombres-lobo, parecen relativamente racionales comparados con la idea de unos cadáveres que abandonan sus ataúdes por la noche para chupar la sangre de los vivos; sin embargo, las leyendas en torno al vampirismo han persistido desde tiempos inmemoriales, y todavía hay quien la sustenta hoy.













 

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